Fue, por lo tanto, el segundo convento dominico establecido en el área florentina, antes de la edificación del convento de San Marco en Florencia, a donde se trasladaron los frailes hacia la mitad del siglo XV.En el Convento vivió también Fra Angélico, quien pintó el retablo del altar mayor de la iglesia, hoy en la primera capilla de la izquierda, y otras dos pinturas que acabaron en museos extranjeros durante la época napoleónica (una en el Louvre y otra en el Prado).El pórtico delantero, de Matteo Nigetti, fue financiado por la familia Medici Neofiti, una familia de judíos conversos protegida por los Médici y a quienes se les concedió un emblema idéntico.Arnold Böcklin pasó los últimos años de su vida en las proximidades del monasterio.Entre las obras más significativas, se encuentran las de Fra Angélico: la Virgen con el Niño y los santos Tomás de Aquino, Bernabé, Domingo y Pedro mártir (1425); el fresco del Crocifisso en el convento (ca.