En finanzas, un contrato por diferencia (en inglés, contract for difference, CFD) es un contrato entre dos partes, el comprador y el vendedor, que estipula que el vendedor pagará al comprador la diferencia entre el valor actual de un activo subyacente (acciones, índices, divisas, bonos, entre otros) y su valor en tiempo del contrato.
Los CFD pueden negociarse teniendo como activo subyacente acciones, bonos, futuros, productos básicos, índices o divisas.
En 2017 han experimentado un gran crecimiento con la inclusión de CFD sobre criptomonedas como el Bitcoin o el Ethereum.
La invención del CFD se atribuye principalmente a Brian Keelan y Jon Wood, ambos de UBS Warburg, en su acuerdo con Trafalgar House.
Por lo tanto, los CFD son principalmente una herramienta para cubrir el riesgo de precio temporal: la variación en el precio marginal de ubicación (LMP) a lo largo del tiempo en una ubicación específica.
Los traders institucionales comenzaron a usar CFD para cubrir la exposición de las acciones y evitar impuestos.
Los CFD indexados, que se basan en índices globales clave, como el Dow Jones, S&P 500, FTSE y DAX, incrementaron su popularidad de inmediato.
Por ejemplo, si un trader minorista enviaba una orden para comprar un CFD sobre acciones, GNI vendería el CFD al trader y luego compraría la posición de acciones equivalente en el mercado como cobertura total.
Pronto les siguieron Grupo IG y CMC Markets, quienes comenzaron a popularizar el servicio en 2000.
Significaba reducir el riesgo de contraparte y aumentar la transparencia, pero los costes eran más altos.
[20] En marzo, el Regulador Financiero irlandés hizo lo mismo y presentó una propuesta para prohibir los CFD o implementar limitaciones en el apalancamiento.
Los CfD también reducen los costes fijando el precio que pagan los consumidores por la electricidad baja en carbono.
Los costes del esquema CfD están financiados por un impuesto legal que grava a todos los proveedores de electricidad autorizados con sede en el Reino Unido (conocido como "Obligación del Proveedor"), que se transfiere a los consumidores.
Están disponibles en la mayoría de los países europeos, Australia, Canadá, Israel, Turquía, Japón, Hong Kong, Singapur, Sudáfrica, Nueva Zelanda, América del Sur y otros.
Los comerciantes de divisas estadounidenses que deseen tener exposición al oro, el petróleo o el DAX 30 alemán, deben recurrir a las opciones tradicionales, con el apalancamiento tan limitado que ofrecen en comparación con las divisas.
En América del Sur, el mercado gigante de Brasil prohíbe los CFD, mientras que Chile permite operar con los instrumentos.
Pasados unos minutos, horas o días el inversor decide que ya es momento de cerrar el contrato.
Es una estrategia muy usada por grandes inversores para reducir el pago de impuestos en determinados países.
En muchos países al operar con ellas, si vendemos nuestras acciones en un período muy corto (por ejemplo menos a 1 año) se presuponen operaciones especulativas y nos cobran un buen porcentaje de impuestos de las ganancias que tengamos acumuladas hasta el momento.