Las operaciones de cobertura consisten en la adquisición o venta de un activo financiero que se encuentre correlacionado con el elemento sobre el que quiere establecerse la cobertura.
Dicha adquisición o venta puede ser de acciones, índices, tipos de interés, opciones, futuros, etc.[1] La operación de cobertura consiste en la adquisición o venta de acciones, índices, opciones, futuros, etc que tengan una relación con nuestro activo o pasivo cuyo riesgo pretendemos cubrir.
Para ello deberemos en primer lugar hallar la determinación del riesgo existente entre ambos.
Supongamos que tenemos dos activos, activo A al que pretendemos cubrir el riesgo y el B, cuyos cambios porcentuales mantienen una relación directa o inversa con los cambios porcentuales del activo A.
Así, en el caso de que el petróleo subiera un 10%, las acciones caerían un 7%, pero los futuros cubrirían dicha pérdida pues se apreciarían un 10%.