Un continuo dialectal, contínuum geolectal o complejo dialectal, es un conjunto de variedades lingüísticas habladas en territorios colindantes, con diferencias ligeras en las zonas contiguas y con inteligibilidad mutua que decrece a medida que aumenta la distancia, llegando incluso a desaparecer.[2] Desde el punto de vista fonético, hoy se sabe que los cambios fonéticos presentes en todas las lenguas muestran una regularidad indudable, pero siempre que se den dentro de unos límites geográficos y temporales homogéneos.Esta relativa regularidad observada primero en la comparación de las lenguas indoeuropeas antiguas, y después en algunos grupos modernos especialmente el germánico y el latino, dio lugar a la exposición de principios fonéticos universales, las llamadas leyes fonéticas.Este principio postula la existencia de unas tendencias humanas universales, cuyos resultados divergentes hay que atribuir a la diversidad de circunstancias fundamentalmente a la base articulatoria, el acento, la posición en la sílaba, en la palabra y en el grupo fonético.Según Gili Gaya estas tendencias podrían reducirse al siguiente esquema:[3] Pues bien estos procesos presentan un distinto carácter dependiendo de la comunicabilidad de los procesos lingüísticos, debiéndose tener presente en concreto si la comunidad está en expansión o en regresión o si la comunicabilidad de estos procesos es mutua (bilingüismo) o es unidireccional (diglosia).
Las distintas variedades del árabe, que pueden llegar a ser de difícil inteligibilidad entre sí, forman un continuo dialectal.
Península ibérica en 1210, donde las lenguas romances que se hablaban en los reinos cristianos al norte formaban un
continuo dialectal iberorromance
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Continuo de lenguas y dialectos iberorromances en la actualidad.