Los primeros contadores sólo eran contados por piedras y palitos sobre las que se colocaba la placa, con las colonias marcadas con un rotulador en la superficie externa de la placa mientras el operador realizaba el recuento manual.
[1] Estos contadores se utilizan para estimar la densidad de microorganismos en un cultivo líquido.
Una dilución adecuada, o varias diluciones en serie dentro del rango estimado apropiado, se propaga utilizando una técnica estéril en la placa de agar, que se incuba en las condiciones adecuadas para el crecimiento hasta que aparecen las colonias individuales.
Esta concentración se extrapola a partir de la dilución practicada sobre el cultivo original, para estimar la concentración de organismos existentes en ese cultivo inicial.
Cada vez que se cuenta una colonia el instrumento da tres señales: una señal de radio Hz, una marca sobre la célula y además, en la pantalla numérica.