En esa ciudad desarrolló una amplia carrera, antes de emigrar a México a finales de los años 30, luego de ser exiliada tras la Guerra civil.
En dicho país, participó en obras teatrales como El derecho a nacer, La loba, Los cuatro caminos y La locura de los ángeles.
En 1941, debutó en el cine con la película ¡Ay, qué tiempos, señor Don Simón!.
Ese mismo año, realizó la cinta El gendarme desconocido.
En televisión, trabajó en las telenovelas Murallas blancas y Amar fue su pecado, ambas de 1960.