¡Ay, qué tiempos, señor Don Simón!

A fin de descubrir el engaño, Inés asiste en compañía de su amiga Beatriz (Anita Blanch) a un teatro exclusivo para caballeros en el que Coco se presentaba y en donde suele ser vista con Miguel.[1]​ Las solteronas Méndez utilizan el hecho para proponer la expulsión de Inés de la asociación, presionando a don Simón para que ejecute la resolución, mientras que Inés y Beatriz chantajean a don Simón con hacer pública su afición por el lugar que tanto escándalo causa a la liga.Inés hace saber a Miguel su infidelidad y termina su relación con él, acto seguido renuncia al luto, lo que causa aún más indignación en las solteronas.[2]​ En adelante, estos enredos cómicos y románticos determinarán el curso de la película.Una de las compañías que aprovecharon la ocasión fue Films Mundiales S.A. de C.V., que en 1940 tenía por gerente a Joaquín Cortina Garibay, quien compró el argumento escrito por Julio Bracho, sin embargo, posteriores cambios en la empresa dejaron a la cabeza a Agustín J. Fink, quien terminó produciendo ¡Ay, qué tiempos, señor Don Simón!.