Y entre los líderes estaba el propio Largo Caballero conocido dirigente sindical de la UGT.
La gestión del CLUEA estuvo reñida con la eficacia, debido tanto a la situación de guerra, como al boicot de los propietarios individuales ya simpatizantes del PCE, opuesto a la colectivización.
En aquel año sobrevino una crisis de sobre-producción en el mercado europeo.
El mercado europeo se vio saturado de naranjas palestinas, y la producción española tuvo competencia extra.
[3] Esto en divisas sería unos 200 millones de pesetas por unas 700.000 toneladas exportadas.