Su calibre aumenta progresivamente de derecha a izquierda, es decir, va desde su orificio duodenal hasta su unión con el conducto pancreático.
En primer lugar, por parte de la yema pancreática ventral, al encontrarse tan unido del conducto colédoco giran al mismo tiempo haciendo que la yema pancreática se desplace dorsalmente hacia la derecha en una disposición muy similar a lo que sería la entrada del conducto colédoco.
[2] Por otra parte, el páncreas crece junto con el mesodermo quien empieza con un aumento de volumen, lo que origina su división formando cordones macizos que se terminan ramificando con la similitud a un racimo de uvas; con el tiempo estos obtendrán una luz central logrando convertirse en conductos primordios que terminarán dando paso a los conductos de Wirsung y Santorini.
[3] En 1724 Giovani Domenico Santorini (1681-1737; Venecia, Italia) un anatomista recordado por sus disecciones y por la publicación de su libro "Observationes anatomicae" en el que se describió por primera vez el conducto pancreático accesorio que por ende lleva su nombre.
Entre los lobulillos cantidades mayores de tejido conjuntivo rodean los vasos sanguíneos, los nervios y los conductos más grandes.