En las mujeres, se desarrollan para formar las trompas uterinas, útero, cérvix, y en los dos tercios superiores de la vagina;[1] en el hombre, desaparece.Estos conductos están formados de tejido procedente del mesodermo.En los hombres, degeneran, ya que los conductos de Wolff o mesonéfricos se convierten en los órganos reproductivos masculinos.Al degenerar, los conductos de Müller dejan un fondo de saco que se abre a la porción prostática de la uretra, el utrículo prostático, y un apéndice unido al testículo, el apéndice del testículo.[6] Reciben el nombre de Johannes Peter Müller, un fisiólogo que los describió en el texto "Bildungsgeschichte der Genitalien" en 1830.