La pintura constituye uno de los pocos retratos cuya comisión fue aceptada por Ingres, puesto que el artista estaba más interesado en la pintura de temática neoclásica, si bien, para frustración del pintor, dichas obras no resultaban tan lucrativas como los retratos.
Su primera exhibición en París en 1846 causó, según el propio Ingres, una "tormenta de aprobación entre su familia y amigos".
Ingres ya había realizado un boceto entre dos y tres años antes con tiza negra a modo de estudio preparatorio.
Finalmente para coronar la obra, M. Thiers - y yo no estaba presente - vino a verlo (...) y le repitió varias veces este perverso comentario 'M Ingres debe estar enamorado de ti para haberte pintado de esta forma'.
Louise luce un vestido de satén gris azulado, pintado con el mismo tono que sus ojos.
Su cabello está peinado con raya al medio y recogido en la parte posterior de la cabeza con una cinta color carmesí.