No obstante, permaneció leal a la causa carlista, en la que militó activamente.
[4] Compuso numerosas poesías de rima fácil y vigorosa, con frecuencia relacionadas con la causa tradicionalista y leídas muchas veces en las veladas de los círculos carlistas e incluso en el exilio ante Don Carlos.
[3] Entre sus obras se cuenta una versión en castellano del Guernikako Arbola.
[4] Mantuvo también amistad con el poeta extremeño Francisco Sánchez Arjona.
Al morir, se celebraron solemnes funerales en sufragio de su alma en la capilla del Sagrario y se tributaron honores militares a su cadáver.