Fue compuesto para Wanda Landowska, dedicataria de la obra y clavecinista del estreno.
Aunque nunca hubo un encargo como tal, la composición comenzó en octubre de 1923, pero los trabajos avanzaron lentamente.
[1] Este concierto fue el último trabajo a gran escala que Falla completó.
Aunque hay varias piezas posteriores en su catálogo que son importantes por su contenido, ninguna dura más de diez minutos, y su último proyecto, la monumental ópera-oratorio Atlántida, en la que trabajó durante veinte años, quedó inconclusa a su muerte.
[4] El segundo movimiento contiene al final la inscripción "A. Do.