Concha Morell

Tras vivir unos años en Córdoba, madre e hija, rechazadas socialmente, abandonaron la ciudad sin que se conozca con certeza el destino y tampoco cuál fue la formación que recibió la joven durante estos años, pero parece ser que en 1880, con dieciséis años tenía unos conocimientos poco habituales entre las mujeres de la época y nociones elementales de francés e italiano.

[4]​ No se sabe exactamente cuándo y cómo Morell conoció a Galdós, pero sí que fue en 1891.

Además de reproducir el paralelismo en la relación del protector seductor y la pupila seducida.

Mes y medio después, Morell fue despedida de este teatro sin que se supiera la causa.

[9]​[1]​ Con Galdós realizó varios viajes por el País Vasco, Navarra, Cantabria o París.

La ruptura le acarreó serios problemas ya que dependía económicamente de él.

[1]​ Se dice que este le estuvo enviando hasta 1903 veinte duros mensuales, cantidad que no resultaba suficiente para su forma de vida[2]​ por lo que intentó trabajar nuevamente en el teatro y buscó recomendaciones para otros trabajos,[10]​ pasó por el Convento de los Santos Ángeles Custodios de donde la echaron por no querer renunciar al judaísmo.

[8]​ Nuevamente sola, se involucró con grupos republicanos federales de Santander y dirigió su energía a la causa.

Su casera durante sus últimos once años de vida, Consuelo Rivera Gómez, recogió todas sus cosas, entre ellas, manuscritos y escribió a una dirección de Madrid que conservaba preguntando si los necesitaban.