La comunicación interventricular (CIV) es la cardiopatía congénita[1] más frecuente, caracterizada por el cierre incompleto del tabique interventricular—la pared que divide los dos ventrículos del corazón—lo que permite la comunicación libre entre ambos ventrículos.
La comunicación interventricular se clasifica de acuerdo con el tamaño y la localización del agujero.
Un bebé con un gran defecto generalmente se presenta acianotico, con retraso pondoestatural, hipersudoración y disnea, llegando en etapas tardías hacia la insuficiencia cardíaca.
Los defectos grandes suelen ser membranosos o infundibulares y generalmente permanecen permeables.
Existe hipertrofia ventricular derecha e hipertensión pulmonar y, con el tiempo, insuficiencia cardíaca.