[4] Este hecho provocó una decadencia, se destruyeron las figuras del Ayuntamiento, y las de la catedral estuvieron abandonadas, hasta que en 1813 fueron reencontradas por un carpintero y volvieron a tomar la importancia de antaño.
[5] El cabildo se los cedía al Ayuntamiento cuando los necesitaba y, aunque fueron restaurados en 1839, su aspecto debía de ser bastante lamentable, por lo que en 1860, un pintor navarro llamado Tadeo Amorena, manda una misiva al Ayuntamiento, en la que le propone la construcción de unos nuevos gigantes, del mismo tamaño de los que existían, pero más ligeros y con unas proporciones académicas.
[8] Recorren las calles al son de los pasacalles entonados por gaitas navarras, y txistus.
Siempre que un gigante se desplaza lo hace al son de un tambor.
En los últimos años se ha llevado a cabo una labor de documentación para recuperar los trajes que llevaron a principios del siglo XX, puesto que hay más imágenes y de mayor calidad para tomar las referencias.
Los 3 hombres llevan como apoyo un bastón con un gran pomo metálico, y la abuela lo hace en una conjuntada sombrilla.
Un sencillo sistema de contrapesos en la parte inferior de los mismos, hacen que siempre mantengan el iris en perpendicular al suelo, por lo que al mover la cabeza los ojos se mueven.
Antiguamente esta verga estaba realizada con cuero o con una vejiga animal, curtida e inflada.
[15] Los zaldikos (literalmente "caballitos" en euskera) son 6 caballos con sus jinetes y al igual que los kilikis, golpean a la gente con las vergas.
Los más antiguos, de 1910, fueron creados por el mismo constructor que los kilikis "Patata" y "Napoleón".
Antes solían tocar en el rey Americano los hermanos Elizaga (de Estella), pero por edad, ya no suelen participar acompañando al gigante Americano, por lo que los sustituyen los gaiteros de Haizaldi, teniendo así dos bandas.
En cambio, los txistularis, sí son miembros, y funcionan como cualquiera de ellos.
Los Sanfermines son el momento más especial al que asiste la comparsa a lo largo del año.
Salen desde el ayuntamiento y acompañan a la corporación municipal hasta la catedral de Santa María, donde recogen al cabildo catedralicio.
Seguidamente, bajan por la calle Curia y subiendo por Mercaderes se dirigen por la Plaza Consistorial hasta el Palacio De Ezpeleta.
Aunque si es sábado (debido a la salida del domingo como se explica más tarde) atraviesan la plaza del Castillo, avenida San Ignacio, Estella, Yanguas y Miranda hasta la nueva estación de autobuses donde descansan hasta el día siguiente.
El 29 de noviembre, día de esta festividad, si el tiempo lo permite que suele ser muy raro, salen a acompañar a San Saturnino, desde la iglesia del mismo nombre, en procesión por las calles del casco antiguo.
[20] La comparsa intenta no hacer demasiadas salidas, debido a que los gigantes actuales son las figuras originales construidas en 1860 y requieren de reparaciones continuas.