Asambleas romanas

A diferencia de las cámaras legislativas modernas, estos cuerpos representativos combinaban poderes y funciones de orden legislativo, judicial y ejecutivo junto con los cargos que elegían mediante elecciones: las magistraturas romanas (mientras que al principio —durante la monarquía romana— el Senado era una cámara deliberativa, y no poseía poderes legislativos ni jurídicos, con el tiempo —en la República romana— se convirtió en el centro del poder político).Aunque no existía una separación de poderes, el intrincado equilibrio constitucional fue notablemente elaborado.Los comicios o asambleas poseían poderes amplísimos, incluso el de hacer leyes retroactivas (ex post facto).En esos conciones solo podía hablar el magistrado convocante o aquellos a quien este diera la palabra xit in concionem).[2]​ En teoría los distintos comitia ('comicios') eran asambleas que operaban sobre las bases de la democracia directa, en la que eran todos los ciudadanos romanos, y no sus representantes electos, quienes ejercían directamente su derecho al voto; aunque no individualmente, sino agrupados en distintas categorías sociales (de forma similar al voto por brazos de los parlamentos del Antiguo Régimen –aunque éstos la representación era por estamentos y no por riqueza–).Legendariamente, en la fundación de Roma (753 a. C.) se crearon el Senado y los Comitia Calata, cuyas funciones pasaron a los Comitia Curiata[3]​ ("comicios curiados") con las reformas de Servio Tulio (578-534 a. C.)[4]​ La asamblea o comicios curiados funcionaron como el principal órgano legislativo durante la Monarquía, pues aunque su competencia principal era la elección de cada nuevo rey (la romana era una monarquía electiva), también poseía unas rudimentarias competencias legislativas.Estas asambleas las convocaba y presidía un magistrado romano que algunas veces se sacaba por suerte.Cada una de las tres tribus antiguas tenía diez curias, y estas a su vez cien hombres.Este órgano, en un principio, elegía a los más altos magistrados, pero posteriormente solo confirmaba e inauguraba las elecciones de la asamblea por centurias.Desaparecieron lentamente, y a fines del siglo III a. C. ya no constituían ningún poder.Al principio sus decisiones debían ser refrendadas por el Senado, pero a finales del siglo III a. C. ese trámite ya no era necesario.[15]​ Según su riqueza (medida primero en superficie agrícola y luego monetariamente en ases –aunque al principio debió usarse el patrón del "as grande", 1/5 en dinero, se referían a los del tipo llamado "as pequeño", 1,10 en dinero–) los ciudadanos formaban parte de una centuria u otra.La correspondencia con la centuria, una unidad militar, se basaba en que los ciudadanos debían armarse a sí mismos según sus posibilidades económicas, y de esta manera servir en el ejército (classis) o no hacerlo (infra classem).Los emancipados obtuvieron el derecho al voto, pero como eran demasiado numerosos y afluían de lugares muy diversos, más tarde lo perdieron.En los comicios por tribus votaban todos los ciudadanos romanos considerados ingenui (hombres libres nacidos libres)[20]​ y los domiciliados, mientras que los no domiciliados y los emancipados, incluidos en cuatro tribus (de un total de 35) no contaban en las deliberaciones.Todos los ciudadanos romanos, tanto patricios como plebeyos se distribuían entre 35 tribus para propósitos administrativos y electorales.Los comicios tribunados surgieron como reuniones de la plebe (dividida en cuatro tribus o distritos, luego aumentadas a 21, y más tarde hasta 53) sin poder decisorio.Pero con el tiempo sus acuerdos se convirtieron en leyes y sus decisiones sustituyeron a las de otros comicios.[6]​ Se reunía convocado por los tribunos de la plebe, que a su vez eran elegidos por esta asamblea.
El tribuno Cayo Sempronio Graco presidiendo el Concilium Plebis .
Moneda romana que representa a un ciudadano depositando su voto.
El Foro en época republicana.
Ruinas del Rostra en el Foro romano.
El Comitium hacia el 44 a. C., ilustración del libro de Francis Morgan Nichols The Roman Forum: a topographical study , 1877.
División de la ciudad en cuatro tribus.
Las colinas romanas, rodeadas por la Muralla Serviana , en azul, y la Muralla Aureliana , en rojo.
El Pomerium (recinto sagrado de la ciudad) dividido en regiones . Inicialmente cuatro (las tribus de Servio Tulio), en la época de Augusto se incrementaron para incluir la nueva extensión de las murallas, e incluso una zona al otro lado del río Tíber.