Combats esthétiques

Combats esthétiques (Combates estéticos) es el título de dos gruesos volúmenes que recopilan los artículos que el escritor Octave Mirbeau ha dedicado a la pintura y a la escultura en el transcurso de su larga carrera de periodista influyente, capaz de arruinar el prestigio de los maestros más reputados, como de consagrar a artistas desconocidos, pero que saben echar una mirada nueva sobre el mundo y las cosas que contemplan.

Cantor casi oficial de Claude Monet y de Auguste Rodin, a los que dedica numerosas crónicas y a los que, mucho más que cualquier otro crítico, en veinte años, consigue hacerles pasar de una modesta notoriedad, a la gloria y a la consagración.

Sus cabezas de turco son Alexandre Cabanel, William Bouguereau, Édouard Detaille, Carolus-Duran, Benjamin-Constant, Denys Puech.

Enemigo del sistema de las salas de arte, « esos bazares de las mediocridades a trece céntimos », así como a la intervención del Estado, secuaz en el dominio de las bellas artes, Mirbeau forma parte del sistema galerista-crítico que se pone en marcha en la segunda mitad del siglo XIX y que permite a los pintores impresionistas subsistir a pesar del ostracismo de las salas oficiales de arte.

Pero él no se hace ninguna ilusión sobre los galeristas, y el mercantilismo en arte le parece extraordinariamente peligroso, ya que, el mercado tiende a ahogar a los verdaderos talentos y las voces originales.

Auguste Rodin, La Puerta del infierno ( museo Rodin ) de la que Mirbeau hizo la primera descripción en febrero de 1885
Claude Monet, Belle-Ile