La explotación colonial es la política económica nacional de conquistar un país para explotar su población como mano de obra y sus recursos naturales como materia prima.En el ejemplo del Imperio Británico, los colonos se establecieron principalmente en el norte de América del Norte y en Australia, donde las poblaciones nativas disminuyeron y se deterioraron debido a la enfermedad y la violencia en el curso del establecimiento de una sociedad similar a la de la metrópoli, en las Trece Colonias se causó la Revolución Americana debido a los abusos a los colonos por los británicos.Por otro lado, los países más densamente poblados del Raj británico durante el periodo entre los años 1858 y 1947 en el subcontinente indio, la ocupación británica de Egipto y Sudáfrica, así como la isla de Barbados, fueron gobernados por una pequeña población de administradores coloniales (gobierno colonial) que redirigió las economías locales a la gestión de la explotación para abastecer a la metrópoli con alimentos, materias primas y algunos productos terminados.[1] Geógrafos como Friedrick Ratzel sugirieron que la supervivencia del imperio dependía de su capacidad para expandir su control e influencia en todo el mundo.[1] Barbados fue reclamado por los ingleses en 1625 por el capitán John Powell, y en la década de 1660 los ingleses habían llegado a considerar a Barbados como su más preciada posesión en el Nuevo Mundo.