Colegio de pontífices
La etimología del título pontifex proviene del término latino para «constructor de puentes», en lo que podría ser una alusión a un rol muy temprano de aplacar a los dioses y espíritus asociados al río Tíber.En tiempos de Sila, el colegio había alcanzado los quince miembros, siendo ocho plebeyos y siete patricios los registrados en el año 57 a. C.[1] Cicerón menciona da a entender que, a finales de la República, todos los puestos podían ser ocupados por plebeyos, mientras que el nacimiento patricio restringía el acceso a determinados sacerdocios.[2] Eran elegidos por cooptación y a cada vacante accedía un nuevo miembro de la misma clase social del anterior sacerdote.En este contexto, los pontífices son los únicos que fijan y conocen el calendario judicial (días fasti-hábiles- y nefasti -inhábiles-), además son los depositarios de los formularios procesales, llamados legis actiones, y que además asuman la función de darle una aplicación práctica al Derecho, ciencia de la que son únicos conocedores.La actividad de estos conocedores del Derecho (irisprudentes)se resume en tres verbos: Finalmente podemos concluir diciendo que tras la Ley de las XII Tablas, la interpretatio del Ius Civile que hacían los pontífices fue muy destacada y, aunque los pontífices se sienten vinculados a la tradición y por lo que crean un Ius Legitimum, están capacitados para utilizar las palabras de la ley en su mejor conveniencia.