Socialización de los medios de producción

Ahora que ha sido presentada por Hegel y Marx, no será olvidada.

[2]​ En ese sentido, se puede decir socialización es el proceso opuesto a alienación.

Sin embargo, de hecho, existen diferencias sobre medios y fines en relación con como se podría o debería efectuar tal control social, por ejemplo, poniendo tales procesos bajo el control de alguna forma u organización política (comunas, consejos, federaciones de tales comunas o consejos, etc) o bajo el control directo de los trabajadores, lo que junto a otras consideraciones sobre lo que una socialización implica o no.

El primero que usó el término para referirse a un proceso principalmente económico parece haber sido Proudhon, para quien tiene un sentido de ser uno de «síntesis social» que supera contradicciones (en su sentido dialéctico).

En la opinión de Proudhon, si todos los intercambios se basaran en tal valor sintético, nadie podría hacer ganancia extras, o enriquecerse a costo de otros y cada contribución a la sociedad sería compensada en su valor justo: doquiera que el labor no ha sido socializado -esto es, donde sea que valor no es determinado sintéticamente - hay irregularidades y deshonestidades en el intercambio, una guerra de estratagemas y emboscadas, impedimentos a la producción, circulación y consumo, trabajo improductivo...

Pero al mismo tiempo un esfuerzo del genio de la sociedad para obtener justicia y una tendencia constante hacia la asociación y el orden”... y.. “La idea del valor constituido socialmente, o de proporcionalidad de valores, sirve para explicar aún más... (f) como el valor social continuamente elimina valor ficticio, - en otras palabras, como la industria afecta la socialización del capital y propiedad.

[5]​Sin embargo, Proudhon no se detiene ahí sino que nota que el proceso introduce un nuevo problema: «El socialismo, mientras protesta —y con razón— contra esta competencia anárquica no ha todavía propuesto algo satisfactorio para su regulación, como lo demuestra el hecho que encontramos por doquier en las utopías que han visto la luz, la determinación del valor abandonado al control arbitrario y todas las reformas terminando ahora en corporaciones jerárquicas, ahora en el monopolio del Estado, o la tiranía del comunismo».

En lo concerniente a la agricultura se dispuso una solución parecida: la tierra sería poseída por las comunidades locales y la cultivarían los trabajadores afiliados en cooperativas agrícolas.

[nota 4]​ Esto implica que estatización no es ni puede ser considerado una medida socialista.

[12]​Se ha sugerido que persiste una confusión entre la completación del desarrollo de la «socialización capitalista» y la transformación de tal socialización en socialismo debido a que Marx efectuó un análisis inadecuado[nota 5]​ o que falló en delinear precisamente el quién y cómo llevaría a cabo ese «plan colectivo».

Se podría concebir una organización de la producción sobre una base capitalista; conduciría entonces al socialismo de Estado, a una esclavitud y explotación más completa del proletariado mediante la fuerza centralizada del Estado....

[27]​ En estos debates se destacaron personas como Lenin, Trotski, Pannekoek, Otto Bauer,[nota 11]​ Karl Polanyi.

[nota 14]​ Este último llegó a concretarse principalmente entre «austriacos» y «marxistas» partidarios del socialismo de mercado.

Aún más, las medidas de socialización necesarias pueden ser introducidas gradualmente y sin romper la tradición general de la sociedad» y «veo el aspecto “rentista” del capitalismo como una fase transicional que desaparecerá cuando haya efectuado su labor.

Y con la desaparición de esa fase rentista mucho más sufrirá un cambio profundo.

Aquel, del Estado, era un capitalismo más ineficiente, menos democrático y más explotador y, por consiguiente, destinado al fracaso en la competencia con el capitalismo privado, si no avanzaba a una sociedad superior.

En general, esto responde a una auténtica transformación social que tiene su reflejo en las Cartas constitucionales.

Frente a las meras declaraciones de derechos que imponían la igualdad y libertad formales entre todos los ciudadanos, la crítica marxista y todo el socialismo pusieron pronto de relieve la ineficacia de esta igualdad y libertad si no se creaban al mismo tiempo los medios y garantías necesarios para que los ciudadanos tuvieran la posibilidad de utilizar esa igualdad al mismo tiempo que sus libertades».

Otra propuesta de interés es la Kojin Karatani —en Transcritique—[38]​ acerca del Movimiento NeoAsociacionismo —New Associationist Movement o NAM en inglés—.

Asimismo, esta noción supone el fin de la democracia, por ser ésta la expresión política más desarrollada del capitalismo, es decir, una forma de organización que permite unificar artificialmente a una sociedad dividida en clases.

Esto requiere la destrucción de las empresas como unidades separadas y, por lo tanto, de la ley del valor, no en orden a socializar la ganancia sino para circular bienes entre los centros industriales sin la mediación del valor...

El problema no es eliminar lo «malo» del capitalismo (valorización) mientras se mantiene lo «bueno» (producción).

[40]​Si bien los grupos que plantean esta idea han sido influidos por la Internacional Situacionista, éstos forman una corriente que hunde sus raíces en una época anterior: entre sus influencias se hallan las fracciones comunistas que se opusieron a la bolchevización de la Tercera Internacional en los años 20; grupos como Socialismo o Barbarie y los propios situacionistas en los 60; y una variedad de organizaciones de inspiración consejista que florecieron en Europa en los años 60 y 70 (entre ellos La Guerre Sociale, la revista Etcétera en España, La Banquise y otros).

Particularmente importantes han sido, en años más recientes, las investigaciones teóricas desarrolladas por grupos como Theorie Communiste y la revista Troploin.

El primer tractor , de Vladímir Krijatzki. Una visión romántica de la colectivización.