En 1969, Gilles Dauvé participó en reuniones organizadas por Informations et Travailleurs Correspondences, durante las cuales escribió el folleto Sur l'idéologie ultragauche, incluido en la colección El comunismo y la cuestión rusa (Communisme et question russe).
Los contactos establecidos con jóvenes trabajadores durante el funeral de Pierre Overney, donde La Vieille Taupe había distribuido un folleto, permitieron crear el boletín Le Mouvement communiste.
El boletín se distribuyó rápidamente en 1.000 ejemplares, especialmente en la fábrica de Renault en Boulogne-Billancourt, pero el entusiasmo no duró.
En tiempos recientes Dauvé ha dedicado estudios en torno a la cuestión de la sexualidad, el trabajo reproductivo y la moral.
Estas son las preguntas a las que el texto sólo responde de forma anecdótica, o bien de la manera tan profunda que veremos más adelante: los trabajadores fracasaron y fueron derrotados porque no hicieron la revolución, o sea, una tautología.
[8] A lo que la revista francesa Théorie Communiste respondería con otro artículo "Mucho ruido pocas nueces", donde se comenta críticamente los errores en los que incurre el análisis de Dauvé y Nesic.Ahora bien, el programatismo sólo podría servir para explicar el «fracaso del movimiento comunista» si imagináramos, como Dauvé y Nesic, que el comunismo es una norma, una sustancia, algo invariable en «su contenido profundo», pues en ausencia de tal supuesto, el programatismo no es otra cosa que la explicación de su propio fracaso.
Por tanto, comenzaremos por explicar la teoría del programatismo, que Dauvé y Nesic han entendido tan mal.