Desde que existe el comercio, las cosas han sido valoradas en términos de la unidad del objeto más apreciado localmente.
Pese al cambio, el cacao se siguió utilizando a razón de ciento sesenta almendras por un Real.
[3] Las monedas más usadas durante la colonia fueron los «Macacos», que consistían en piezas de plata de forma no definida y que fueron acuñadas en Perú o en México.
En 1883, bajo la presidencia del doctor Rafael Zaldívar, se decretó la Primera Ley Monetaria, adoptándose el "Peso" como unidad monetaria, descartándose el sistema español de división en 8 reales.
Finalizando el siglo XIX, aparecieron los primeros billetes de banco.
Ellos llegaban a trabajar en la finca por semanas, les pagaban y ahí mismo tenían que comprar su comida y ropa porque las fichas no tenían valor en otra finca.
En 1919 se volvió a reformar la Ley Monetaria, estipulando que las monedas desgastadas por el manejo diario serían retiradas de circulación y las piezas recortadas o perforadas no serían aceptadas en el curso legal.
El problema principal era la carencia de una institución especializada que se dedicase a velar porque la moneda mantuviera su valor y a controlar la actividad bancaria; en tal sentido, el gobierno del general Maximiliano Hernández Martínez contrató a un experto inglés llamado Frederick Francis Joseph Powell, quien debía analizar y estructurar el cuerpo bancario salvadoreño.
En su informe final, recomendó que el sistema bancario debía organizarse en torno a un banco central que resguardase la moneda y su valor, así como emitir la unidad monetaria y controlar los créditos.
El diseño del papel moneda fue cambiando paulatinamente y de manera individual; también se dejaron de emitir algunas denominaciones con el pasar del tiempo.
El Banco Central de Reserva emitió una segunda familia de billetes, introduciendo la denominación de doscientos colones en 1997, cincuenta colones en 1995 y quinientos colones en 2001 que no se puso en circulación debido a la dolarización aprobada el mismo año.
Esto impidió ponerlos en circulación ya que de lo contrario estarían violando la ley.
El diseño del anverso representa a una familia salvadoreña con la bandera nacional.