Puede ser producido por un traumatismo directo de los tejidos blandos laterales del codo, pero es más común que resulte de las actividades que requieren apretar repetidamente la mano en combinación con rotación continua del codo.
Esto podría explicar por qué los tratamientos con corticoesteroides tienen poco impacto en las etapas crónicas de la enfermedad.
No se han demostrado diferencia en frecuencia entre hombres y mujeres, pero la lesión es más frecuente en el codo que corresponde a la mano dominante.
En muchas ocasiones la epicondilitis se considera enfermedad profesional y está relacionada con la repetición continua de ciertos movimientos en algunas profesiones: pintores, trabajadores de la construcción, leñadores, mecánicos, carniceros, fontaneros, chapistas, tatuadores y carpinteros o ebanistas.
Es primordial conocer la mecánica por la cual estos músculos se ven afectados para adaptar el tratamiento a este origen.
Es por eso que se realizarán casi siempre estiramientos de los músculos antagonistas a los epicondíleos, es decir, los flexores del codo y muñeca y potenciación o reprogramación de los epicondíleos afectados, ya que se les considerará funcionalmente perdedores o vencidos con respecto a los primeros.