En un principio se optó por pintar con colores el cuerpo, el lado y un punto (resistencias) o tres puntos (condensadores), de un código de colores representando las cifras del 0 al 9 (basado en la escala del arco iris para que fuera más fácil de memorizar), por la ventaja que representaba para los componentes electrónicos el poder «pintar» su valor sin tener que imprimir ningún texto.
Por ello y para poder ver bien su valor desde cualquier dirección, pasó a ser codificado con franjas anulares de color.
Aunque existe el riesgo de pérdida del color debido al óxido o la exposición al calor de la propia resistencia, haciendo imposible distinguir, por ejemplo, el marrón del rojo o el naranja.
Este sistema, por su buena legibilidad se extendió a los condensadores pequeños y a los inductores Las dos primeras franjas desde la izquierda, indican las primeras cifras del valor del componente, mientras que una tercera indica por cuanto debe multiplicarse el valor de la cifra leída.
El resto de franjas indica la mantisa (cifras significativas) y el exponente del valor nominal.