En la Francia contemporánea, este término se asoció con una concepción centralista de la República.A partir de ese momento, sus oponentes políticos los llamaron jacobinos, en un principio para ridiculizarlos.La red creada por estos numerosos grupos le dio un enorme poder político.Unos, liderados por Robespierre, propugnaban la deposición del rey, y el establecimiento de la república.Si bien hubo una relativa unanimidad entre los jacobinos en sus principios, sus divergencias se fueron agudizando a partir del segundo semestre de 1793.Se calcula que en los días siguientes, unos 80 diputados jacobinos son ejecutados.Reabre poco después, una vez eliminados los principales sospechosos de «robespierrismo”».Según este, los parlamentarios debían ser constantemente vigilados y coaccionados por el poder popular (organizaciones de corte jacobino como los clubes, las sociedades o las fuerzas armadas populares) para evitar desviaciones en un sentido contrario a la revolución.Esta dicotomía llevó a una cierta contradicción entre el concepto de representación política y el activismo callejero, encarnado por los Sans culottes, pues ciertos activistas que representaban a una parte de la población podían subyugar la voluntad popular mediante la coacción.Los jacobinos respetaban la propiedad privada y obraron para que las clases populares pudieran tener acceso a ella.Sin embargo, no lograrán la deseada repartición de los bienes nacionales.[9] Defendían la libertad del comercio, pero las penurias que se venían arrastrando desde los últimos años del Antiguo Régimen y el estado de guerra los llevaron a aumentar la fiscalidad y a imponer el dirigismo económico.Reforzaron también el centralismo ya existente bajo la monarquía, por medio de los representantes del gobierno en los departamentos, considerando necesaria la dictadura parisina, tanto económica como política, para salvar la nación.Esas contradicciones aparentes contribuyeron en parte a la caída de los jacobinos.Las hostilidades hacia dicho sistema lo hicieron tambalearse hasta el punto de entrar en crisis.Otros autores pasan por alto el legado jacobino y solo toman en cuenta sus prácticas inquisitoriales y sus métodos de depuración para cualquiera que se alejase de la ortodoxia, limitando así el jacobinismo al periodo del Terror.El jacobinismo es una ideología desarrollada e implementada durante la Revolución francesa de 1789.Esta ideología presenta, según Hoel, en L'idéologie jacobine, las siguientes 5 características: 1.El libro La conjuración de los iguales, escrito en 1828 por Filippo Buonarroti, amigo de Gracchus Babeuf, tendrá una gran resonancia entre los republicanos como François Vincent Raspail, Auguste Blanqui y Louis Blanc.Políticos del siglo XX como Jean Jaurès,[11] Pierre Mendès-France y más recientemente el socialista Jean-Pierre Chevènement[12] han reivindicado la defensa de los ideales jacobinos.En América, grupos de influencia jacobina se constituyeron en Estados Unidos, en Haití, en Santo Domingo y en Brasil.
Comité revolucionario de la sección parisina del año II, según Jean-Baptiste Huet (Biblioteca Nacional de Francia, París).