El dicloro gaseoso es muy tóxico (neumotóxico) y se usó como gas de guerra en la Primera Guerra Mundial (la bertolita), a partir de la cual comenzaron a usarse armas químicas.
Obteniendo la siguiente reacción: En 1810 el químico inglés Humphry Davy demuestra que está formado por átomos de un nuevo elemento químico al que da el nombre de cloro debido a su color.
Con este método se consigue una sosa (NaOH) muy concentrada y un dicloro muy puro, sin embargo consume más energía que otros métodos y existe el problema de la contaminación por mercurio.
Este método se emplea principalmente en Canadá y Estados Unidos.
Este diafragma separa al ánodo del cátodo evitando la recombinación de los gases generados en estos.
Se alimenta el sistema continuamente con salmuera que circula desde el ánodo hasta el cátodo.
Las reacciones que se producen son las siguientes: En la disolución queda una mezcla de NaOH y NaCl.
El dicloro provoca irritación en el sistema respiratorio, especialmente en niños y personas mayores.