Además, tormentas de polvo a escala planetaria originadas por fuertes vientos lo azotan frecuentemente.
[10] Durante la oposición de 1719, G. Maraldi observó ambos casquetes polares y variabilidades temporales en su extensión.
Tienen su origen en la diferencia de energía del Sol que recibe el planeta en el afelio y en el perihelio.
Cuando Marte se encuentra en las cercanías del perihelio de su órbita, la temperatura se eleva en el hemisferio Sur por ser finales de primavera y por el mayor acercamiento al Sol, lo que causa que el suelo pierda su humedad.
En ciertas regiones, especialmente entre Noachis y Hellas, se desencadena entonces una violenta tempestad local que, arranca del suelo seco imponentes masas de polvo.
Este, al ser muy fino, se eleva a grandes altitudes y, en unas semanas, cubre no solo todo un hemisferio sino incluso casi la totalidad del planeta.
El polvo en suspensión en la atmósfera provoca una neblina amarilla que oscurece los accidentes más característicos del planeta.
Ambos puntos se toman como origen de las longitudes solares (aerocéntricas, en honor al dios Ares).
Vieron que grandes zonas de la superficie se han oscurecido o iluminado en las últimas tres décadas.
Esto parece deberse a un cambio del albedo de la superficie causado por los vientos.
Las variaciones de dióxido de carbono en la atmósfera marciana conforme a su condensación y evaporación en los polos, originan cambios en la presión atmosférica superficial en cada estación, siendo las presiones menores en invierno y mayores en el verano del hemisferio sur.
Desde 1964, se comenzó a estudiar directamente la historia geofísica de Marte mediante la sonda Mariner 4.
Para unos, Marte albergó en un pasado grandes cantidades de agua y tuvo un pasado cálido, con una atmósfera mucho más densa, el agua fluyendo por la superficie y excavando los grandes canales que surcan su superficie.
[cita requerida] La orografía de Marte presenta un hemisferio norte que es una gran depresión y donde los partidarios de Marte húmedo sitúan al Oceanus Borealis, un mar cuyo tamaño sería similar al mar Mediterráneo.
Obviamente la primera forma es una pérdida definitiva mientras la segunda no y agua puede detectarse mediante el radar Marsis a bordo de la nave europea Mars Express.
[27] Se han encontrado arcillas, pero en cantidades limitadas, lo que es compatible con el flujo de agua reducidos en terrenos muy antiguos.
Una tercera posibilidad es que un factor aún desconocido, ayudó a mantener la suficiente presión y temperatura atmosférica para la formación de arcillas en el pasado.
[cita requerida] Un mecanismo alternativo es que se trata de formaciones secas causadas por el viento y no por agua.