Abarca las obras de ficción relacionadas con temas climáticos que habitualmente se desarrollan en el presente o en el futuro.
Con frecuencia, trata temas distópicos como el ecoterrorismo o la subida del nivel del mar, el deshielo de los polos y otros efectos del calentamiento climático y la contaminación.
En otras ocasiones, el enfoque es positivo, emparentado con el hopepunk y el solarpunk , con propuestas para paliar las peores consecuencias del cambio climático.
[2] Esta corriente literaria ha sido objeto de debate y divulgación en medios de comunicación como El País,[3] The Guardian[4] o El Salto.
[6] El término lo popularizaron el activista climático Danny Bloom en 2007[6] y el periodista de la revista Wired Scott Thill en 2010.