En 1954, con apenas 17 años, realiza su primera exposición individual en el Salón Trece en la capital chilena.
Su habilidad para representar objetos y formas complejas recuerda a Velázquez.
Luego de conocer y recorrer Marruecos junto al escultor Raúl Valdivieso, se trasladó a Tánger en 1972, donde compró una mansión de tres pisos del siglo xix.
[2] Bravo era homosexual, algo que «no ocultaba en su pintura ni en su vida privada».
No logró realizar ese proyecto, como tampoco el de crear una fundación en España.