La clamidiasis es causada por Chlamydia trachomatis, una bacteria intracelular, cuyo modo de reproducción presenta características únicas.
En caso de haberlos, estos pueden comenzar a los pocos días del contagio o hasta ocho semanas después.
Sin embargo, de los pocos estudios realizados se ha determinado que los grupos raciales afroamericano e hispano tendrían mayor riesgo.
Con respecto a esta última condición, las lesiones en el cuello uterino permiten procesos de cambio celular (displasia) que permitirían mayor daño ocasionado por el virus del papiloma humano (VPH), que se le ha identificado como responsable del cáncer de cuello uterino[5] La infección por Chlamydia se produce cuando la bacteria utiliza las células para desarrollar sus ciclos de reproducción, para ello la bacteria presenta dos formas: Se considera que la infección se puede producir entre 7 a 21 días posteriores al contacto con una persona infectada.
La clamidiasis es asintomática en la mayoría de casos; sin embargo, son dos los cuadros clínicos más frecuentes asociados a la infección por esta bacteria, tanto en el hombre como en la mujer: Es el proceso inflamatorio de origen infeccioso localizado en la uretra masculina, denominada no gonocócica por tener signos y síntomas similares a la uretritis por gonococo, pero en ausencia del mismo.
Aunque puede presentarse sin síntomas, y por ello permanecer latente en la mujer por periodos de meses y hasta años, los signos y síntomas más frecuentes de este cuadro son: De manera similar al cuadro homónimo en el varón la cervico-vaginitis por clamidia, sin un diagnóstico y/o un tratamiento adecuado puede progresar hacia los órganos genitales internos por simple diseminación vertical, afectando el endometrio, las trompas de Falopio y puede llegar a la cavidad abdominal originando un cuadro clínico conocido como enfermedad inflamatoria pélvica.
Sin embargo, existen características específicas de tratamiento que también son aplicables a otras enfermedades de transmisión sexual como en este caso: También se realiza con antibióticos indicados por vía oral, pueden consistir en Azitromicina en una sola dosis o Doxiciclina en tres dosis diarias durante una semana o dos.
El diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno son las herramientas más importantes de la prevención.