Como ese día era la festividad de Santa Úrsula y las Once Mil Vírgenes, él bautizó al cabo con dicho nombre.
Mientras tanto, las 180 personas que quedaron en Nombre de Jesús edificaban, trabajaban la tierra (aunque sus cultivos jamás prosperaron) buscaban mejillones, lapas, frutos negros del calafate, legumbres dulces y raíces que asadas tenían gusto a nabo.
Como tan solo quedaba una embarcación, Sarmiento de Gamboa decidió regresar a España en búsqueda de más pobladores, soldados y alimentos, pero como durante el viaje fue capturado como prisionero, recién logró llegar en 1590, para entonces, ya era demasiado tarde.
[3] Los colonos y soldados fueron muriendo de hambre uno a uno, sobreviviendo tan solo Tomé Hernández gracias a que tres años después, en enero de 1587, logró embarcarse en una nave inglesa capitaneada por Thomas Cavendish.
Potentes vientos del oeste impidieron al marino rescatar los últimos 20 colonos que continuaban con vida, de los cuales no se supo nada más sobre su destino.
[9] Existe también en la zona contigua un cementerio en el que descansan los restos de náufragos, con una antigüedad superior a los 100 años.