Suelen formar parte, a veces importante, de las garrigas mediterráneas, y algunas especies se comportan como pioneras en la recuperación de suelos degradados.
Son pirófilas, su germinación se ve favorecida por el fuego, y los incendios recurrentes ayudan a su permanencia al eliminar la competencia de otras plantas que acabarían por desplazarlas de los biotopos.
La madera de Cistus ladanifer, por ser durísima se usa en la fabricación de pequeñas herramientas o piezas que vayan a sufrir gran rozamiento, y es también excelente como leña.
La mayoría de las especies son calcífugas estrictas que crecen siempre sobre suelos formados a partir de rocas ácidas, como granitos, cuarcitas o pizarras.
Unas pocas especies son indiferentes al sustrato y pueden crecer también sobre rocas calcáreas