Cincomarzada
[2] Otra motivación que tenían los carlistas para intentar tomar Zaragoza por sorpresa era atraer hacia la ciudad a una parte de las tropas isabelinas y así tratar de aliviar la presión que podían ejercer estas sobre las fuerzas carlistas que en aquellos momentos sitiaban Gandesa.Así pues, Juan Cabañero y Esponera —no está claro si fue por iniciativa propia o bien por orden de Cabrera—[3] se dirigió a asaltar la ciudad, que en aquellos momentos se hallaba casi desprotegida, con dos mil ochocientos infantes y trescientos hombres de caballería.Se cuenta que Cabañero, nada más ocupar la ciudad, entró en una chocolatería y pidió un tazón de chocolate caliente pero tuvo que huir sin haberlo probado.Los zaragozanos, al verlo desfilar por sus calles, le gritaban: «¡Cabañero, que se te ha enfriado el chocolate!».[8] Posteriormente, esta festividad se prohibió durante el régimen de Franco.