Cifrado por transposición

Este tipo de cifradores eran muy usados en la criptografía clásica y por tanto, al tener que hacer los cálculos por medios muy básicos, normalmente el algoritmo se basaba en un diseño geométrico o en el uso de artilugios mecánicos (Ej escítala).

Por tanto la cadena: "Hola mi nombre es Pepa" sería cifrada por "aloH im erbmon se apeP".

El número correspondiente a la letra de la clave estará determinado por orden alfabético.

[2]​ La transposición columnar doble ha sido considerada, durante mucho tiempo, como la forma más segura y compleja que podía emplear un agente en el campo.

Después de eso, siguió siendo usada durante la Segunda Guerra Mundial por la OSS, la Resistencia holandesa o el SOE.

Esto altera la serie y dificulta la labor de encontrar una lógica a la transposición.

[3]​ Con la palabra clave CONVENIENCE y el texto en claro: Here is a secret message enciphered by transposition.

Lo que da como texto cifrado: HEESPNI RR SSEES EIY A SCBT EMGEPN ANDI CT RTAHSO IEERO.

Presenta la ventaja, a la hora de operar con ella, que sobre el mismo tablero pueden establecerse muy distintas rutas.

[5]​ Este código presentaba dos peculiaridades, reordenaba palabras (para facilitar la labor a los telegrafistas) y presentaba caminos alternativos múltiples para cada longitud de mensaje por lo que, aunque se descifrara un mensaje de longitud n, eso no aseguraba poder descifrar los sucesivos.

En la novela El círculo mágico de Katherine Neville la protagonista descifra un mensaje que le había sido remitido empleando un cifrado por ruta.

Después, empezando la primera hilera, las letras se toman para obtener el texto cifrado.

[7]​ La transposición indefinida, inventada por el Comandante Baudoin en 1939,[8]​ supone disponer de una clave tan larga como el texto en claro y que esté formada por números desordenados o que sean generados por algún algoritmo conocido solamente por emisor y receptor (por ejemplo, una frase o un texto convenidos de los que se extrae lo necesario).

[9]​ Colocando esa hoja en cierta posición sobre una carta o un texto, aparece el mensaje secreto.

En la novela Matías Sandorf de Julio Verne unas rejillas criptográficas, y el descifrado del mensaje con ellas escondido, tienen una importancia capital en la trama.

Las técnicas de transposición más sencillas suelen revelar trozos del texto en claro al emplear claves similares a la auténtica, esa vulnerabilidad puede ser explotada.

En 1918, Georges Painvin empleó la comparación entre distintos mensajes prácticamente idénticos, para averiguar el orden en que se había realizado la transposición.

claves posibles (unos 16 bits, que no es demasiado), y tomando como base las letras hay 39!

Una escítala.