Chorrito de San Camilo

Hasta antes de su redescubrimiento, el único vestigio visible y funcional del antiguo acueducto colonial era el Chorrito de la Pamba, ubicado al extremo oriental del centro histórico, aledaño al Cerro de la Eme, por lo que su hallazgo fue una gran sorpresa, que conllevó acciones de estudio, conservación y adecuamiento para hacer del chorrito, para convertir el sitio en un museo y una nueva atracción turística para la ciudad.

No fue sino al concluir la época virreinal española y la independencia de Colombia que para efectuar eficaces cambios a un sistema de aguas salubres para los habitantes, desde el año 1828 solicitaron al Gobierno una fuente pública, siendo finalizado el actual chorro.

A esta fuente podían acudir tanto vecinos como cualquier transeúnte con o sin cabalgadura.

Con el pasar del tiempo, la pavimentación del siglo pasado había cedido y fracturándose, formándose así grandes socavones que dejaban en mal estado el paso por aquel tramo de la Carrera 8 con Calle 10, por lo que el gobierno municipal tomó cartas en el asunto y emprendió la readecuación de la malla vial.

Luego, se puso en escena para la comunidad y los visitantes del Centro Histórico.

Ilustración del entorno original del chorrito de San Camilo en el siglo XIX . Obra de David Manzano (2023)
Ilustración de la solicitud y concesión de la construcción del Chorro en 1828. Obras de David Manzano (2023)
Reconstrucción digital del aspecto original del chorrito por Julieta Vidal (2023)
Fotografías del hallazgo y estudio del Chorrito de San Camilo en 2019. Foto de M. Hernández