Por este motivo, la provincia de Popayán no tenía un control real en sus recursos mineros y tampoco se beneficiaba mucho de los mismos.
Sin embargo, estos planes nunca llegarían a florecer, dado el gran riesgo de sismicidad de la ciudad lo que afectaba a las estructuras de bahareque utilizadas en la región y a la Guerra de Sucesión Española que al cambiar de dinastía dejó tambaleando políticamente al Imperio Español, por lo que no se le dio más importancia al asunto.
[7] Su padre había llegado a las Indias Occidentales en 1695 y se estableció ese mismo año en Popayán, ciudad de la cual llegó a ser alcalde ordinario en dos ocasiones y en la que contrajo matrimonio el 30 de julio de 1703.
En su interior tenía habitaciones dedicados a la fundición de los metales valiosos, y sótanos con pesebreras dado que el lado occidental de la casona que daba a la Carrera 11 existe una ligera pendiente, poseía también varios patios empedrados que eran flanqueados por pilastras en todos sus lados.
A fines del siglo XVIII, la sola existencia de la Real Casa de Moneda en Popayán fue sujeto a una gran polémica debido al recelo de Santafé de Bogotá por mantener la hegemonía en todo el Virreinato de Nueva Granada, tanto en el ámbito político como el económico, por lo que tanta especulación y miedo a que este nuevo ente afectara en alguna medida a la Real Hacienda conllevo a que el rey Carlos III expidiera una Real Cédula el 16 de noviembre de 1761, ordenando a que la Casa cesará indefinidamente sus funciones.
Debido al avanzado deterioro que sufrió el edificio debido a las inclemencias del clima y otros factores se necesitaron hacer modificaciones a la estructura original, derruyendo los patios del norte, parte del área central para dejar grandes espacios de entrenamiento para las fuerzas militares, cubriendo parte de las ruinas con tierra apisonada.
Sin embargo entrados los años 30, viendo que la casona había sido muy castigada por varios sismos al inicio del siglo y por cuestiones de estética y ampliación se tomó la decisión de remodelar el edificio, demoliéndolo en 1932 y levantando una nueva fachada que fue planificada en la arquitectura republicana con toques eclécticos de otros estilos basándose en un plano del mismo arquitecto del siglo XVIII, el español Antonio García,[14] además que se le añadieron dos característicos torreones de vigilancia en cada uno de los extremos que daban a la calle 4, con almenas en sus cúspides que daban la ilusión de semejanza con los castillos europeos medievales.
También se encontraron monedas del inicio de la era republicana y del siglo XX,[15] entre otras muchas cosas que solo enriquecieron la historia de la Casa de Moneda que para ese entonces era casi desconocida para la ciudadanía payanesa.
En la actualidad el predio se haya totalmente abandonado con un solo muro de ladrillo que lo cierra, mientras la maleza y las plantas crecen por doquier, en las últimas semanas santas desde 2022, se usa el lote como sede de las artesanías, cubriendo el suelo con aserrín sin tener en cuenta las valiosas ruinas.
Hasta el momento no se tiene conocimiento de algún proyecto de conservación o restauración para con los vestigios que este en curso, quedando así en abandono un importante legado para la ciudad.
Sin embargo, tendría que enfrentar muchas vicisitudes, ya que con el paso del tiempo, la ciudad perdería importancia, tras varios sucesos que acontecieron en la región, entre ellos el fin del período borbónico e inicio de la era republicana, a lo que se sumó la fluctuación en la calidad del material para la fabricación y acuñación de las monedas.