Se construyó con piedra sillarejo en planta cuadrada de unos 60 m² y tuvo hasta cinco pisos y nueve metros de altura.
En la fachada septentrional se abre la puerta en arco de medio punto.
Sobre la parte de poniente se alzaba la espadaña que sustentaba las campanas.
A la parroquia, por su parte meridional, estaba adosada, como en tantos lugares castellanos, el pequeño cementerio local.
Quedan únicamente en pie los cuatro muros de la ermita y algunas piedras esparcidas entre la abundante vegetación.