Está situada a una altitud de unos 1267 m sobre el nivel del mar y presenta un clima bastante frío en el contexto peninsular.
[1],[2] Además, por su término se extienden dos espacios naturales protegidos integrantes de la Red Natura 2000: la ZEC-ZEPA Parameras de Maranchón, hoz del Mesa y Aragoncillo, al norte, y la ZEC-ZEPA Alto Tajo, lindando al sur con la carretera N-211.
Antiguamente «Alaguncillo» o «Alagonciello», por unas lagunas que había en su término, es pueblo antiquísimo.
Hoy no queda de este monasterio sino unos restos mínimos, apenas apreciables, en el lugar que en el pueblo denominan «las monjas», al pie mismo de la serranía.
: centeno, trigo, cebada, avena, guisantes y guijas: se mantiene algún ganado lanar, cabrio y mular para la labor: además de la agricultura se emplean los naturales en curtir por sí mismos pieles de cabrio, dándoles el color subido de café, que emplean para vestirse, especialmente en calzon y chaleco, cuyo traje les distingue en el país: pobl.
En algunas se observan estructuras internas como hornos u hogares, registrándose hasta tres fases de ocupación.
Se encuentra sobre una llanura delimitada al sur por el arroyo de Arandilla.
No se aprecian restos materiales del yacimiento en la superficie.
Por una parte, un poblado, castro o atalaya ocupado desde el Bronce Antiguo hasta la Edad Media (« El Turmielo I ») y, por otra, un pequeño abrigo rocoso asociado al primero (« El Turmielo II »), en el que se registran restos de industria lítica.
La torre se levanta a los pies, con planta rectangular y tres cuerpos más el zócalo inferior; en su lateral derecho tiene adosada otra más pequeña que alberga la escalera de caracol que permite el acceso a la principal.
En el cuerpo superior, construido totalmente en sillares, se abren dos alargados vanos en arco de medio punto que cobijan sendas campanas.
Es destacable la ventana, con su decoración inferior que se abre en el brazo del crucero de esta misma fachada.
La portada cierra con un curioso arco en medio punto con la parte superior completamente recta, de construcción también reciente.
[14] A pesar de que el pueblo contó con algunas otras ermitas en su término, esta dedicada a la Virgen de la Soledad es la única que se conserva.
Se desconoce la advocación bajo la que se levantó, aunque hubo una imagen en la hornacina que seguramente correspondería a San Bartolomé, el patrón del pueblo.
Fue construido durante el reinado de Carlos III y en su base aparece inscrito el año 1761.
[17] En la localidad se conservan un antiguo horno de pan, dos lavaderos (nuevo y viejo; este último se encuentra a las afueras de la población) y una fragua arruinada, así como también algunas casonas representativas de la arquitectura tradicional molinesa con elementos destacados en sus fachadas.
Finalmente, dispersos en los alrededores de la población se ubican varios corrales, parideras y chozos.
De las dos puertas del inmueble destaca la que contiene un enorme dintel con cruz y epígrafe en relieve: «año 1770/ave maría purísima sin pecado».
El edificio se ubica en el cruce de la calle del Dom con la calle de la Rivilla,[19] aunque ha sido parcialmente demolido, perdiéndose sus elementos patrimoniales más significativos.
En los vanos se observan grandes dinteles y jambas, destacando el dintel de la balconada de la fachada principal donde se puede ver un posible escudo en relieve, aunque en muy mal estado.
La pila rectangular está dividida en dos y tiene unas dimensiones de 6,50 x 4,40 metros.
Se encuentra a la entrada del pueblo por el camino de Cobeta, que viene desde la N-211.
[23] La sierra de Aragoncillo se caracteriza por la presencia de un importante bosque fósil, compuesto por piedras o sílice puro, conocidas como xilópalos o árboles fosilizados y silicificados en las rocas, con apariencia más mineral que vegetal.
[1] También son prácticamente los únicos troncos existentes en Europa de esa remota época todavía en posición de vida, es decir, enraizados in situ, en el mismo lugar en el que nacieron y crecieron en pleno Pérmico Inferior.
[24] Esta circunstancia es excepcional, dado que en la mayoría de yacimientos los árboles quedaron abatidos o desraizados.