Chilca se halla a 70 km al sur de Lima y a 3 km del Océano Pacífico, en medio de una pampa que la sequedad y el viento ha convertido en terral.
La aldea muestra indicios de haber sido ocupada permanentemente durante 1.200 años, hasta el 2.300 a. C., cuando fue abandonada, por razones que permanecen en el misterio.
No se ha podido determinar cuál era la forma exacta de la chozas pues no se ha encontrado un techo completo; pudieron ser de forma cónica o plana.
Los cadáveres están envueltos con esteras de junco y amarrados con soguillas, conformando verdaderos fardos.
Los hombres de Chilca cultivaban camotes, pallares, zapallos y calabazas, es decir, eran horticultores.
Se ha determinado que dichas especies fueron efectivamente cultivadas y no simplemente recolectadas.