Es una pequeña capilla compuesta de una sola bóveda sobre columnas aisladas; se le conoce como “El Calvario” por su Cruz que se encontraba en el pedestal interior.
El segundo edificio es el Templo de San José el Calvario, es una iglesia construida a principios del siglo XX en estilo neorrománico para brindarle al barrio de "El Calvario" una gran iglesia; este, por encontrarse frente al Chapitel, se anexó al Calvario.
Este edificio fue construido por la autoridad civil y no por los frailes franciscanos.
Se le dio al edificio el estilo neorrománico; sus líneas son sencillas pero impecables.
En 1938, José García Ortiz, capellán de San José, prosiguió la estructura después de que durante 16 años había quedado abandonada.