[2] La mayoría de los vasos se utilizaban en rituales funerarios, depositados en las sepulturas con los muertos.
Se hace hincapié en el virtuosismo de las escenas, los vasos monumentales, como los gigantescos escifos.
[5] A estas diádocos les siguieron los epígonos que la tradición denomina taller de Dolon-Creúsa, formados por dos artistas con inspiraciones diferentes pero complementarias en cuanto a las escenas y el tratamiento estilístico elegido.
[7] Los sucesores del taller de Dolon-Creúsa extienden su fondo de difusión hasta la Daunia y más allá, al noreste del espacio lucano.
Alrededor de 1500 vasos de estilo lucano han llegado hasta nosotros gracias a las excavaciones arqueológicas y a colecciones antiguas.
[8] El estilo lucano se caracteriza por la abundancia de escenas teatrales y mitológicas.
Al mismo tiempo, la influencia de la pintura apulia se hizo más notable en el estilo lucano, con la estandarización y difusión de la policromía y las grandes decoraciones vegetales.