Ánforas y cráteras de grandes dimensiones vienen utilizados como estelas funerarias en las tumbas.
El torso está representado por la silueta en forma de un triángulo y brazos filiformes dispuestos en varios gestos; las piernas son contornos progresivamente más realistas y articuladas; la cabeza está representada por un punto negro con protuberancias para indicar la nariz o la barbilla.
El círculo concéntrico se desvanece y el hombro del vaso en el primer estilo geométrico (900-850 a. C.) es ignorado.
El hombro es reconocido nuevamente como la tercera parte principal del vaso y su contorno se estabiliza con esvásticas, meandros, u otros modelos rectilíneos.
El «estilo Dípilon», que toma su nombre de la principal necrópolis ateniense llega a su máxima expresión en los grandes vasos de la mediados siglo VIII a. C., producidos por el Maestro del Dípilon, el cual, en el momento en el que las escenas figurativas llegaron a la decoración de los vasos, optó por abandonar las implicaciones pictóricas y reducir y uniformar cada elemento al esquematismo geométrico.
Durante el tardo geométrico comienzan a distinguirse más personalidades o grupos de productores del mismo taller.
Pertenecientes probablemente a un mismo taller son también los enócoes en los que hay representados ciervos pastando, o los vasos con bandas con filas de rombos en formas ajedrezadas o rombos más pequeños, llamados "Tapestry Hand" («tapiz a mano»).
La decoración retoma los motivos desarrollados en la cerámica ática con un más acentuado gusto gráfico y miniaturistico.
Corinto fue la primera ciudad griega en avanzar más en el geométrico, su escuela local tenía origen exterior y estaba poco radicada.
[11] El estilo de Beocia está fuertemente influido por el ático, pero en el periodo tardo geométrico acoge también influencias corintias y cicládicas.
La decoración tiende a ser menos rigurosa, con un particular gusto por las escenas narrativas cuyas figuras resultan desafortunadas y la composición caótica.
A la fase tardo geométrica pertenecen las típicas y originales bandas decorativas con aves.
Las terracotas son de color marrón claro tendente al rosa, generalmente no está presente el engobe y la pintura es marrón oscuro tendente al rojo; la arcilla y las partes pictóricas están dotadas de un cierto lustre.
Para el periodo geométrico las únicas series suficientemente completas provienen de Rodas, donde surge en el primer periodo una resistencia a la decoración geométrica ática y donde continúan los motivos curvilíneos y el énfasis decorativo sobre el hombro, típicamente protogeométricos.
En el 850 a. C. se encuentran decoraciones geométricas procedentes de Ática, como el meandro unido a elementos chipriotas.