[5] En 1950, Rosa Real Mateo de Nieto (más conocida como doña Rosa) descubrió que se podía cambiar el color y el brillo de las piezas puliéndolas y cociéndolas a una temperatura ligeramente más baja.
[3][5] Esta innovación hace a las piezas más frágiles, pero ha hecho a este estilo de alfarería más popular entre coleccionistas de artesanías mexicanas, incluido Nelson Rockefeller, quien lo promovió en Estados Unidos.
[7] La producción actual ha perdido su utilidad y funcionalidad ganando en el aspecto decorativo.
[6] Las artesanías de barro negro son hechas en San Bartolo Coyotepec (municipio) y en un gran número pequeñas comunidades cercanas del valle, lugares en donde se encuentra el barro con el que se hacen las artesanías.
Estos largos tarros no están pulidos y mantienen el ancestral gris mate, lo que les permite ser resistentes al líquido.
y 1 litro del líquido con un corcho o un tapón de maíz.
Sin embargo, otra familia, la de Marcelo Simón Galán, también reclama haber creado el contenedor.
Su nieta, dice que él hizo la figura por solicitud de un cliente.
[2] La tierra que se usa para extraer el barro es limpiada para remover todas la impurezas, lo cual puede llevar hasta un mes de remojar y sedimentar el barro aparte del resto de la tierra.
[5] Tradicionalmente, el barro es moldeado en platos balanceados en rocas, para que pueda ser trabajado a mano.
Estas manipulaciones, con las que se crean diseños únicos e irrepetibles, se realizan con cualquier objeto que los artesanos consideren útil, tapas de refrescos, bolígrafos, envases vacíos de pegamentos, etc.