En 1842 había participado en la defensa de Campeche lo que le permitió conocer la organización castrense.
El fusilamiento de Ay fue lo que precipitó el inicio de las hostilidades, cuando el ejército del gobierno de Yucatán, ingresó en Tepich buscando a sus cómplices, quemando las casas y castigando severamente a la población maya del pueblo.
A lo largo de la lucha que se libró, los líderes indígenas y sus seguidores fueron desacreditados por los blancos, quienes los presentaban como sanguinarios, sádicos, enemigos del progreso y la cultura.
Había quienes proponían el exterminio de los rebeldes y sus seguidores, mientras que otros postulaban la integración de los indígenas a la moderna sociedad mexicana.
Los pueblos mayas de Yucatán se negaron a seguir siendo exaccionados por la población blanca y lucharon para salir del régimen de opresión en el que vivían.