Cayetano Sanz

[2]​ Muy eficaz con la muleta, alternado las suertes del volapié y de recibir, sabía colocar las banderillas con gracia.

[5]​ Un cronista de la época, sin embargo, escribió: «Cayetano es un muy fino torero, pero no se arrima».

En Jerez de la Frontera se enfrentó una tarde a ocho toros.

[5]​ Mucho tiempo después de retirarse del toreo aún aconsejaba a los muchachos que practicaban en las capeas.

El público le perdonó todas sus debilidades, debido a su elegancia inimitable, contando entre sus admiradores a Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo.

Cayetano Sanz en la suerte del trascuerno, litografía de José de Chávez, Le Petit Journal, supplément hebdomadaire illustré , 10 de junio de 1889.