En esta última batalla, logró recuperar los efectos saqueados por marineros franceses de esa villa.
Cuando el Uruguay fue invadido por Urquiza, fue uno de los oficiales que pasó a Buenos Aires.
Urquiza lo envió a poner orden y conquistar sin combatir los departamentos del norte de Buenos Aires.
En 1861 era el comandante militar de Rosario y participó en la batalla de Pavón, en que los federales vencieron a porteños, aunque no pudieron quebrar a la infantería enemiga.
Avanzó hacia Pergamino, donde rodeó al general Hornos, el único jefe de caballería porteña que aún resistía.
Semanas más tarde, el ejército porteño avanzó hacia Rosario, mientras los jefes federales se iban a sus casas por orden de Urquiza.
Más tarde compró otro campo y una casa en Coronda, provincia de Santa Fe.