En las primeras basílicas y durante la época románica estuvo la cátedra en el fondo del ábside o de la capilla mayor levantada sobre el suelo con gradas.Del baldaquino o palio como trono de los obispos habla Inocencio III como ornamento litúrgico usado en su siglo XII.Otros eran sillas gestatorias con anillas laterales por donde pasaban unos fuertes barrotes horizontalmente para llevarlas sobre los hombros.Los confesionarios pueden contarse dentro de las cátedras toda vez que antes del siglo XVI se reducían a un simple sillón con respaldo alto.[3] Actualmente las cátedras se denominan según la asignatura que imparten y la universidad correspondiente.