La cátedra que actualmente se conserva fue donada por Carlos el Calvo al papa Juan VIII en el siglo IX, con motivo de su viaje a Roma para su coronación como emperador romano de Occidente.
En el centro se sitúa el trono de bronce dorado, en cuyo interior se encuentra la silla de madera y que se decora con un relieve representando la «traditio clavum» o «entrega de llaves».
El trono se apoya sobre cuatro grandes estatuas, también en bronce, que representan a cuatro Padres de la Iglesia, en primer plano San Agustín y San Ambrosio, para la Iglesia latina, y San Atanasio y San Juan Crisóstomo, para la Iglesia oriental.
La Cátedra de San Pedro es también símbolo de la doctrina católica sobre la sucesión y la autoridad del episcopado, fundamentada en el mandato de Cristo a San Pedro y a sus sucesores romanos.
El 22 de febrero es la fecha que se apoya en la tradición recogida en la Depositio martyrum; y en esa fecha comenzó a celebrarse la fiesta de la cátedra de San Pedro en Roma, pero posteriormente en la Galia se anticipó al 18 de enero, para evitar que cayese en Cuaresma.