El territorio fue convertido en marquesado y los Malaspina decidieron construir allí un castillo defensivo.
La fortaleza fue vendida por Francesco Malaspina en 1495 al Conde de Lavagna, Giannetto Fieschi.
Los hijos de este impugnaron la venta y fueron compensados con un pago en dinero (28,000 liras del tiempo).
Maximiliano I dio oficialmente la posesión del castillo a Fieschi ese mismo año.
Durante la fase de desescombro -en las diversas ocasiones que se ha intentado recuperar- se han encontrado restos de la antigua construcción medieval que no habían sido demolidas durante el siglo XVI.